Bolivia,
abrir
la mente y el corazón a lo desconocido
Aunque
ya había
tenido una experiencia en Marruecos que me marcó también
bastante, esta sin duda ha sido mucho más fuerte.
He
seguido quitando estereotipos de mi mente, aprendiendo a mirar con otros ojos y
a tener el corazón
abierto a todo.
Todas
las personas que conocí
han quedado grabadas en mi mente, esa calidez con la que me han acogido, la
forma de darme todo lo que tenían…era sin duda sobrecogedor y es
con lo que más
me quedo.
Nos
falta un poco de esa ayuda y generosidad desinteresadas aquí
a nuestro alrededor.
Mis
amigos dicen que he vuelto “hippy” de allí pero esque cuando estás
rodeado de tantas situaciones dispares y de pobreza y carencias es imposible no
replantearte mil cosas.
Allí
veía
que las cosas que para mí parecían
un problema no eran si no más que tonterías
comparadas con lo que aquellas personas tenían que afrontar. Veía
de vez en cuando mi facebook, las fotos que colgaba la gente y veía
tantas cosas superfluas y estúpidas, tanto aparentar y tanto
materialismo y querer ser y tener que me repelía ya entrar en facebook. Cuando me
preguntaban que cómo
era mi universidad, mi ciudad o mi casa aquí o que cuánto
me había
costado el avión
esque me daba hasta vergüenza contestar de imaginarme la de
cosas que yo tenía
y que ellos jamás
podrían
ni ver.
Estás
allí,
en medio de personas que son súper distintos a ti, que tú
crees que tienen carencias y luego ves tanta felicidad en sus caras y tanta
bondad en su interior que yo me planteaba que quizá
la felicidad se encuentra en otras cosas y no en lo que nos han enseñado
siempre, y de verdad que lo pienso.
Ha sido increíble,
creo que he dado todo lo que he podido dar de mí allí y he intentado estar al 100% cada día
aunque algunos días el
cansancio no me dejaba. Espero haber dejado algo de mí en las
personas que he conocido y con las que me he cruzado porque sin duda ellos han
dejado mucho dentro de mí; han cambiado mi forma de afrontar todo lo que me rodea en
España, mi
forma de priorizar las cosas y de buscar objetivos para mi vida.
Me
llevo de Bolivia a su gente y a mis compañeras de misión en el
corazón para
siempre.
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Olga Montserrat (agosto de 2015, Córdoba)
“Cuando sea grande quiero ir para un país pobre y
ayudar los que más necesitan”
…decía yo cuando aún era una niña.
Este
verano fue, finalmente, posible realizar este sueño de niña.
Decidí
luchar por este mi sueño y allá fui yo para Bolivia durante 1 mes y algunas
semanas. Fueron días y semanas cargados de emociones e historias bien intensas.
Momentos donde el corazón quedaba bien apretado por ver realidades/situaciones
tan duras, pero, fueron en estos momentos en que aprendí que sólo el hecho de
estar presente allí y en aquel momento es el suficiente para que todas aquellas
vidas con que me crucé quedaran un poco mejores. Esa es una de los mayores
aprendizajes de esta experiencia misionera: simples gestos, como, nuestra
presencia, nuestra sonrisa, nuestra alegría tienen el simple poder de mejorar
la vida de otras personas.
Sí,
fue muy difícil dejar mi familia de un lado del océano, pero, como acostumbro
decir volví muy más rica, porque, ahora en vez de una tengo dos familias: la
mía y la familia de Bolivia. Todas las personas que formaron parte de mi misión
(jóvenes, niños, ancianos, las hermanas que pertenecen a la comunidad de Santa
Cruz) fueron las responsables por acogerme y por hacer sentir que Santa Cruz
era mi casa durante el tiempo de misión. Una de las mejores cosas que trajo de
Santa Cruz fue la amistad creada con todas estas personas. Sabe tan bien estar
en Portugal y recibir mensajes, fotos y novedades de aquel que ahora es también
mi mundo.
Es
difícil estar en Portugal y saber que existe un océano a separarme de Bolivia,
pero, tengo que agradecer a ese bello país por haberme hecho crecer y por
haberme hecho tan feliz. La única manera que tengo que agradecer es tener todas
las personas que formaron parte de mi misión presentes, todos los días, en mi
corazón. Y eso acontece aún de verdad! Casi todos los días existen cosas que me
hacen acordar momentos vividos en Santa Cruz.
Tal
como una amiga mía me dice, ahora que realicé mi sueño de partir en misión,
tras ese sueño realizado surge otro sueño: o de volver las tierras bolivianas
para poder volver la reencontrar, abrazar y estar con todas aquellas personas.
Quiero mucho un día poder volver!
Gracias
Santa Cruz por hacerme tan feliz!
Espero
volverte a encontrarte brevemente!
Sofía Baptista (septiembre de 2015, Portugal)
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