Viernes 7 de octubre 2016
(Encuentro de nuevos voluntarios 6-8 de octubre de 2016)
(Encuentro de nuevos voluntarios 6-8 de octubre de 2016)
Me dijeron que Fabiola me estaba
esperando. Una desconocida, sí, pero nunca una extraña. Una extraña no es
cercana; todo lo contrario, una extraña no te cuenta su historia a menos de
tres minutos de haberte conocido y mucho menos le cuento yo la mía. Pero lo más
importante de todo es que una extraña no te habla desde tu casa y menos aún con
el carisma que desde pequeña siempre me han hablado.
Puedo decir CASA porque así lo siento. Allí mire para donde mire me encuentro a Francisco de Asís o por supuestísimo, como no, a María Ana, los “culpables” de ese carisma que ya he nombrado, el carisma franciscano.
Llegó mi compi inseparable de todo el
finde, Dámaris, otra desconocida, pero por poco tiempo lo de desconocida.
Silvia y María no nos quisieron dejar empezar el viaje solas, así que se
sumaron. Las 4 estábamos emprendiendo algo juntas.
Empezamos a conocer a M. Ana, bueno, en
mi caso a saber más. Ramona nos hizo un tour por la Casa Madre como guía
turística de la vida de la fundadora, y yo creyendo conocer casi todo… estaba
muy equivocada.
Me llamó mucho la atención el álbum de
agradecimiento que hicieron los presos de una cárcel gallega a las hermanas que
estuvieron allí junto a ellos, ayudándolos. El álbum está todo hecho a mano y
con el corazón, reflejo de que ellas habrían hecho lo mismo. Ni que decir tiene
que se encargaron de sacar lo mejor de ellos.
Más tarde hicimos una reflexión del
carisma franciscano que desde mi punto de vista se resume en: humildad,
sencillez, entrega, acogida y para mí el valor más importante, la empatía.
Nos fuimos por fin a ver a los chicos,
para los que no lo entendáis: al Hogar de niños/as “Santa María de la Vida” de
FMMDP.
Como la última vez que estuve allí no le
puedo poner ningún pero a la experiencia. Los chicos son geniales, no tengo
otra palabra para describirlos. Si un voluntario va allí a ayudar (como es lo
normal) creo que allí los que ayudan son ellos, al menos a mi me pasa eso.
Para los que no lo sabéis muchos de los
chicos no hablan, yo pienso que hablan otro idioma, uno que nosotros usamos muy
de vez en cuando, como dice la canción: “el idioma del alma, el que mueve montañas”.
En esa casa mis preocupaciones no tienen
hueco, los problemas se hacen miniatura, las horas se hacen minutos y ellos me
recargan las pilas. Por eso y por mucho más, GRACIAS.
En la dinámica: ¿qué me llevo a mi casa?
Escribí que en mi maleta me traía sed de más, o sea como ya he dicho, ganas de
formar parte del VM y empezar cuanto antes mi experiencia de formación. También
escribí que me llevaba paz, paz de saber que hay personas que igual que yo
tienen la misma inquietud y que voy a tener el apoyo de formarme con ellas y
los demás que ya forman parte de esta gran familia.
En esto que llaman ahora crisis de
valores se necesitan muchas personas como MariGarri, como Ana Ocaňa, como Fabiola, como Maria Inés, como Reyes,
como Puri y un largo etcétera. Ahí nos tenían ya a nosotras 4 para
acompañarles, ganas no faltan.
Como veis no he cambiado de día y es que
se me pasó el fin de semana volando.
MIL GRACIAS a todas las hermanas, a
Dámaris, María, Silvia, MariGarri y a Sara Valenzuela.
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