(MISIONES- ARGENTINA)
“Todo lo puedo en Aquel
que me fortalece”
Cuando trato de resumir lo que
supuso para mí este voluntariado, hay una
palabra que resume gran parte de lo que quiero transmitir: GRACIAS.
palabra que resume gran parte de lo que quiero transmitir: GRACIAS.
El agradecimiento es el primer sentimiento y palabra que quiero
pronunciar.
Dar gracias al Señor por poner en mi
camino al Grupo de Voluntariado Misionero María Ana
Mogas, de las Franciscanas Misioneras Madre del Divino Pastor.
Mogas, de las Franciscanas Misioneras Madre del Divino Pastor.
En este grupo y junto a las hermanas y a las personas
que lo integran he ido conociendo poco a poco lo que es la MISIÓN; palabra que engloba mucho más de lo que
imaginé. Con este grupo tuve oportunidad de crecer a muchos niveles en
diferentes ámbitos y siempre desde el carisma de su fundadora María Ana,
educando con el corazón. Las hermanas han sido siempre un referente que me han
ayudado a lograr cumplir este sueño que desde hacía tiempo latía en mí. Su
acompañamiento y su forma de trabajar en el grupo junto a la oración de tantas
personas hacen que esta experiencia sea para mí algo único, un auténtico
regalo.
Pilar: su maravilloso colegio y la
casita que se
estaba haciendo para las hermanas más
mayorcitas, la casa que llevan los laicos de
AMAM en José León Suárez y el colegio y la
Casa donde residen parte de las hermanas y
donde está otro colegio en Guaminí.
estaba haciendo para las hermanas más
mayorcitas, la casa que llevan los laicos de
AMAM en José León Suárez y el colegio y la
Casa donde residen parte de las hermanas y
donde está otro colegio en Guaminí.
Después de irme familiarizando con el cariño de las hermanas y del nuevo
país en el que me
hallaba volé a Misiones.Y allí empecé a descubrir un lugar del que me enamoré.
hallaba volé a Misiones.Y allí empecé a descubrir un lugar del que me enamoré.
Sus majestuosos paisajes, la tierra
colorada que tanto había oído, los diferentes árboles y cómo
no, las impresionantes Cataratas de Iguazú que después de haber visto la película La Misión hace
años, me consiguieron emocionar de una manera espectacular.
no, las impresionantes Cataratas de Iguazú que después de haber visto la película La Misión hace
años, me consiguieron emocionar de una manera espectacular.
Pero si me enamoré de los paisajes, no fue menos de sus gentes. Yo me
fui a un pueblo llamado San Pedro donde las hermanas tienen además de un Instituto,
un Hogar para niñas que viven en situaciones complicadas o menores en riesgo.
Allí me establecí y allí viví esa
experiencia que intento escribir.
Gracias al Señor allí se encontraba la hermana Inmaculada Plaza, a quien tuve la oportunidad de conocer
mientras estuvo en el equipo del Voluntariado Misionero.
Qué alegría verla tan feliz y
haciendo tanto bien. Ha sido un pilar muy importante en mi estancia
ya que pude ver su implicación de lleno en la tarea de ser misionera.
ya que pude ver su implicación de lleno en la tarea de ser misionera.
Ella preparó junto a las niñas del
Hogar un recibimiento precioso que no olvidaré.
y apoyo. Aquí se reiteró la idea de lo importante que es el tiempo que se comparte
y la necesidad de establecer y fomentar las relaciones humanas.
Me sentí tan feliz con tantas
personas que
me recibieron y me acompañaron que de
nuevo el agradecimiento surge como palabra
que lo resume. Gracias al Señor y a María
por poner en el camino amigos que son un tesoro, que han estado compartiendo este tiempo enriqueciéndome con su amistad.
me recibieron y me acompañaron que de
nuevo el agradecimiento surge como palabra
que lo resume. Gracias al Señor y a María
por poner en el camino amigos que son un tesoro, que han estado compartiendo este tiempo enriqueciéndome con su amistad.
Conocer al grupo misionero Talita Kum de Eldorado, chicos y chicas
jóvenes que crecen
viendo los valores que realmente importan y tratan de llevarlos a su alrededor y compartirlos,
me lleno de alegría, ya que son jóvenes comprometidos con los que compartes momentos
preciosos como la Vigilia de Pentecostés a la que me invitaron y que tan especial fue. Yo me
sentía una más del grupo.
Esa apertura me dio mucha esperanza y me hizo ver que los jóvenes tenemos que
empaparnos de sal y luz y portarla donde nos encontremos.
viendo los valores que realmente importan y tratan de llevarlos a su alrededor y compartirlos,
me lleno de alegría, ya que son jóvenes comprometidos con los que compartes momentos
preciosos como la Vigilia de Pentecostés a la que me invitaron y que tan especial fue. Yo me
sentía una más del grupo.
Esa apertura me dio mucha esperanza y me hizo ver que los jóvenes tenemos que
empaparnos de sal y luz y portarla donde nos encontremos.
Una experiencia que sin duda me llenó y me hizo aprender muchísimo
fueron las visitas
a las colonias (lugares bastante apartados de las ciudades y pueblos) a las que íbamos
con algún sacerdote los fines de semana o cuando era alguna festividad. Qué momentos,
llegar viendo la inmensidad de la naturaleza y encontrarnos con familias, con chicos,
mayores, pequeños, personas unidas para celebrar la Eucaristía.
a las colonias (lugares bastante apartados de las ciudades y pueblos) a las que íbamos
con algún sacerdote los fines de semana o cuando era alguna festividad. Qué momentos,
llegar viendo la inmensidad de la naturaleza y encontrarnos con familias, con chicos,
mayores, pequeños, personas unidas para celebrar la Eucaristía.
La sencillez y apertura de estas
visitas me hicieron vivir el Evangelio de una forma
distinta, probablemente más encarnada. Ya rezando y meditando te das cuenta, aunque
ya lo pienses de antes, que sólo desde las enseñanzas de Jesús, es posible la construcción
del Reino de Dios con unos valores que sostienen a toda la familia humana desde y
en el AMOR.
distinta, probablemente más encarnada. Ya rezando y meditando te das cuenta, aunque
ya lo pienses de antes, que sólo desde las enseñanzas de Jesús, es posible la construcción
del Reino de Dios con unos valores que sostienen a toda la familia humana desde y
en el AMOR.
Y qué decir de las niñas del Hogar María Ana Mogas. Increíble lo que una
puede aprender de criaturas tan pequeñas
pero con unas vidas tan grandes como duras. Cómo y cuánto me han enseñado
acerca de la vida y de cómo afrontar los problemas. Cuánto me han regalado:
sonrisas imborrables, abrazos que no tienen precio, confidencias que quedan
grabadas, juegos y risas en las que de nuevo vuelvo a ser una niña más. Cuánto
han compartido. Sólo recordar a cada una me hace volver a trasladarme al tiempo
vivido, a cuando me fui, a las relaciones tan intensas que vivimos.
De ellas y del tiempo juntas, de los
niños del instituto con los que tuve la ocasión de estar
preparando cantos para diferentes celebraciones y de los pequeñitos de la escuela Marianita
(en el barrio María Ana Mogas, que se comenzó debajo de un árbol) pude desarrollar con
ilusión tantas cosas que en el día a día me iban enseñando. Cosas que no están en manuales
ni en títulos académicos y que sin duda llenan al ser humano.
preparando cantos para diferentes celebraciones y de los pequeñitos de la escuela Marianita
(en el barrio María Ana Mogas, que se comenzó debajo de un árbol) pude desarrollar con
ilusión tantas cosas que en el día a día me iban enseñando. Cosas que no están en manuales
ni en títulos académicos y que sin duda llenan al ser humano.
En este tiempo además de hacer la tarea con las niñas, jugar, llorar,
hablar, escuchar pude complementarlo con tantas cosas que me han ayudado a
crecer. Doy de nuevo las gracias por
el ejemplo de María Ana Mogas, una mujer que supo y luchó por apoyar a las niñas y a los
enfermos siempre con una pedagogía llena de amor que sin duda impregna el carácter de
muchas de las hermanas que tuve el regalo de conocer. Trabajar con la infancia es sin duda
una labor que si además añadimos los problemas que pueden tener, y este caso de mucho
peso, podemos venirnos abajo. Sin embargo si nos fijamos en personas como María nuestra
Madrecita y Madre del Buen Pastor, ejemplo de discípula del Señor y María Ana, vemos
que es posible no sólo trabajar sino llenarse de tanta riqueza que sólo los pequeños nos
pueden enseñar y con ellos descubrirla.
Riqueza que va más allá y que realmente ayuda al ser humano.
el ejemplo de María Ana Mogas, una mujer que supo y luchó por apoyar a las niñas y a los
enfermos siempre con una pedagogía llena de amor que sin duda impregna el carácter de
muchas de las hermanas que tuve el regalo de conocer. Trabajar con la infancia es sin duda
una labor que si además añadimos los problemas que pueden tener, y este caso de mucho
peso, podemos venirnos abajo. Sin embargo si nos fijamos en personas como María nuestra
Madrecita y Madre del Buen Pastor, ejemplo de discípula del Señor y María Ana, vemos
que es posible no sólo trabajar sino llenarse de tanta riqueza que sólo los pequeños nos
pueden enseñar y con ellos descubrirla.
Riqueza que va más allá y que realmente ayuda al ser humano.
Una de las cosas que más observo es como
los paradigmas de la sociedad en la que
actualmente vivimos, nos lleva a buscar
necesidades generadas y no cuidar las reales. Generamos “necesidades irreales”: comprar
el último móvil, buscar el éxito, perseguir el
dinero, ser consumistas en exceso… y
descuidamos (y mucho) las reales de todo
ser humano ya que nacemos para amar y ser amados: la escucha, el compartir, la importancia
de priorizar nuestro tiempo y dedicarlo intensamente, los afectos, los abrazos…Pienso que no somos conscientes de lo ricos que somos
y de lo poco que lo aprovechamos.
los paradigmas de la sociedad en la que
actualmente vivimos, nos lleva a buscar
necesidades generadas y no cuidar las reales. Generamos “necesidades irreales”: comprar
el último móvil, buscar el éxito, perseguir el
dinero, ser consumistas en exceso… y
descuidamos (y mucho) las reales de todo
ser humano ya que nacemos para amar y ser amados: la escucha, el compartir, la importancia
de priorizar nuestro tiempo y dedicarlo intensamente, los afectos, los abrazos…Pienso que no somos conscientes de lo ricos que somos
y de lo poco que lo aprovechamos.
Otra de mis lecciones aprendidas es, como decía Madre Teresa, que “no
hay mayor pobreza
que la falta de amor”. Volviendo a lo anteriormente citado, uno no puede defenderse y luchar
cuando no ha recibido muestras de cariño: un abrazo, una frase, un sentirse valorado/a o
simplemente una palabra de la importancia de cada ser humano.
que la falta de amor”. Volviendo a lo anteriormente citado, uno no puede defenderse y luchar
cuando no ha recibido muestras de cariño: un abrazo, una frase, un sentirse valorado/a o
simplemente una palabra de la importancia de cada ser humano.
Por último quiero recordar que si he podido vivir esta experiencia con
tanta paz y alegría, sin agobiarme ante momentos duros, ha sido por Aquel que
lo puede todo. Sin duda reitero lo que
ya es una certeza: somos instrumentos. Por nosotros mismos poco podemos hacer. Pero si
abrimos el corazón al Amor con mayúsculas podemos hacer cosas que no pensábamos. Me
remito al lema de mi Envío:
ya es una certeza: somos instrumentos. Por nosotros mismos poco podemos hacer. Pero si
abrimos el corazón al Amor con mayúsculas podemos hacer cosas que no pensábamos. Me
remito al lema de mi Envío:
“Todo lo
puedo en Aquel que me fortalece”
A la vuelta, coincidiendo con las vacaciones de invierno, estuve diez
días en
Buenos Aires. En Guaminí donde las hermanas me cuidaron muchísimo y me animaron. Gracias a su dedicación y preocupación para que la vuelta no fuese
tan dura, me sentí muy acompañada. Se encargaron de que con unas chicas conociese
el precioso Santuario de Luján, el Rasero, Caminito, el centro y los lugares más emblemáticos de la ciudad así como de
varias provincias (Incluso participé en actividades en la Casa de Jóvenes Hermano Francisco). Días intensos llenos de cariño.
Ya de vuelta, acostumbrándome de
nuevo, pero ya con un trocito de mí que es misionerito.
Aquí hay que continuar, sabiendo que podemos
ser misioneros/as allá donde vivamos.
Tal y como comencé: gracias Señor por este regalo de tener la
oportunidad de vivir una
experiencia como esta, en San Pedro de Misiones.
experiencia como esta, en San Pedro de Misiones.
María Fraiz Arca
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