sábado, 4 de octubre de 2014

Reflexiones en torno a la fiesta de San Francisco 2014



Vivimos en un mundo lleno de conflictos y guerras. El poder de los intereses y del lucro individual pesa mucho más que toda comprensión y razón. Entonces ¿cómo podemos encontrar una salida de la espiral de la violencia aparentemente tan inevitable? ¡Estamos, pues, en tiempos muy poco favorables para la espiritualidad franciscana de la no violencia!

El ideal de la no violencia para la solución de conflictos se expresa en la vida de Francisco de Asís de modo ejemplar en la conocida leyenda del lobo de Gubbio. Es una narración pedagógica, en la cual se pueden ver todos los elementos franciscanos de crear pacifismo. Estos elementos son especificados brevemente a continuación:

La paz no viene por si sola, sino que deben hacerse los pasos necesarios para conseguirla. Francisco actuó siempre sin vacilaciones cuando se dió cuenta de algún conflicto o disputa.

La paz no puede construirse con el uso de la violencia, pues la violencia genera siempre nueva violencia. A ello se debe el rechazo a portar armas y el compromiso por la no violencia activa, siguiendo la idea básica del Sermón de la Montaña de Jesús.

La paz es en última instancia un don de Dios. Por ello Francisco se entendió a si mismo sólo como instrumento de paz. De esto se da la conclusión: no se puede ser constructor de paz en el esquema de la no violencia si no se tiene una espiritualidad profunda.

La paz será posible únicamente si nos comprendemos y nos tratamos como Hermanas y Hermanos, esto es, erradicando toda forma de hegemonía o dominio de unos sobre otros. Francisco estuvo convencido de que entre hijas y hijos de un mismo Padre en el cielo no pueden darse relaciones superior-inferior, señores-esclavos, privilegiados-desposeídos.

Construir la paz sólo es posible si previamente entramos en un proceso de reconciliación. Perdonar donde sea necesario, aceptar la disculpa cuando se ha suplicado por el perdón.

Y finalmente debemos estar conscientes de que normalmente los conflictos surgen donde reinan desigualdades y condiciones de injusticia. Quien quiera construir la paz debe preocuparse en primer lugar de la justicia social.

La paz, por lo tanto, ni es ausencia de la guerra ni tampoco se limita a la eliminación del terrorismo, sino que es el camino arduo para crear justicia y posibilitar a todos una vida en dignidad.
“Paz y bien" – este saludo sigue siendo la expresión de la misión del que se inspira franciscanamente en este mundo.

Fuente: Equipo CCMF

A todas las y los lectores les deseamos muchas bendiciones
en la Fiesta de San Francisco para continuar adelante y animados a seguir en el camino emprendido.

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