domingo, 11 de junio de 2017


"Ser enviada es algo que he esperado durante mucho tiempo, la misión es algo que he soñado, he imaginado en mi mente miles de veces durante años.
Ahora ha llegado mi momento, quiero dar las gracias a todos los que me han acompañado en mi preparación. Gracias a las hermanas y al colegio Divina Pastora, que sembraron esa semilla en mí, el impulso a servir a los demás y me regalaron los mejores años de mi vida.
Gracias a mis amigos, ya sean del colegio, universidad o de viajes y aventuras. En vosotros encuentro todo lo que se puede soñar en un amigo: lealtad, principios, confianza, apoyo…No sé quién sería hoy si no estuvieseis en mi vida. Gracias.
A la comunidad de la parroquia San Antonio, por ser ejemplo de que da igual de dónde vengamos o la edad que tenemos, pues somos una familia que se quiere y se cuida.
Gracias a la V.M. por darme esta oportunidad, por confiar en mí, por ser siempre mi referencia, por darme amigos, que más que amigos, son hermanos.
Gracias a mi familia por su apoyo y su cariño. He tenido la inmensa suerte de haber conocido a mis cuatro abuelos, tres de ellos ya no están, pero los recuerdos todos los días en mi corazón y no me cabe duda de que me acompañarán en mi misión, ellos han sido para mí ejemplo de bondad, trabajo, servicio y autenticidad.
Un gracias especial a mis padres y mi hermana, por ser mis guías, mi mayor apoyo, mi roca. Vosotros me habéis aguantado en mis peores momentos y me habéis acompañado en los mejores. Gracias por apoyarme en esta decisión y por ser siempre lección de amor, os quiero.

Y por último, gracias al Señor por darme una vida maravillosa y poner en ella personas maravillosas. Por querer hacer de mí su instrumentos, ahora me pongo en tus manos, Señor, y te digo:
¡Aquí estoy, Envíame!"






























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