Hola , soy Sonia de
Galicia , me gustaría llevaros hasta el día 1 de Marzo del 2014 a la casa Franciscana
de Santiago de Compostela . Alrededor de las 10:30 de la mañana y ante una mesa
presidida por un póster del Voluntariado Misionero de María Ana Mogas, se
encuentran Miguel y Ana de Orense, Ana
de Coruña y María y Sofía de Santiago,
entre nosotros un nombre familiar pero un rostro nuevo, el de Sofía, detrás de
su presentación encontraríamos en carne viva las pruebas por las que pasa una
persona que llega a un país desconocido para seguir viviendo y poder mejorar su
futuro . Comenzamos el día de la mejor manera, pues pudimos poner rostro a una
historia de inmigración, nos duele su testimonio cuando se ve identificada con
las imágenes y letras de videos que se nos muestra y con la lectura del documento
del Abecedario del sufrimiento, ese en el que aparecen tantas y tan reales
historias del calvario de aquellas personas que cruzan la frontera humana para después
tener que sufrir a manos de sus hermanos que caminan con ojos y corazón
cerrados.
La lectura de María
nos lleva a las palabras del Padre Santiago Agrelo y con ellas llegan
sentimientos de impotencia , de reproche por creer que uno no hace nada ante
tanta injusticia que se lleva viendo ya desde tantos años atrás ,
representada en múltiples periódicos del
pasado que en nuestros hogares llegan a ser artículos perdidos.
Almorzamos con dinámicas
conversaciones que de vuelta a la casa se transforma en lluvia de ideas para
representar, lo que hasta el momento se ha conocido sobre la realidad de la
persona inmigrante, en el encuentro de
Madrid , cada vez va tomando mejor forma , ya que, en repetidas ocasiones, se ve que tan grande es el ser
humano junto a Dios y en lo reducido que
nos quedamos con nuestras propias manos.
Aparece Alejandro y
nos ilusiona hablándonos del proyecto del que forma parte en Coruña, se
enumeran otros muchas propuestas que hay abiertas y caminan a la par de la Fe y la igualdad. Continuamos
con las palabras de Papa Francisco que nos ayuda a reflexionar en el final de
un día en el que conocemos más realidades y las hacemos más cercanas ,
inquietudes que brotan pero que solo en el asentamiento diario toman una u otra
forma. Queda para cada uno la lucha en su entorno, pertenecemos a una tierra de
emigrantes y en nuestras conciencias está el tender los brazos a quienes llegan,
la lucha ha de ser através del ejemplo, ya que como bien sabemos, las palabras
se convierten en viento, mientras que los hechos en modelos a seguir.
Son alrededor de las 19:00de la tarde y es hora
de despedirse, como siempre queda el
deseo de repetir la jornada más a menudo, porque es muy enriquecedor
pasar estas horas juntos. Protagonistas
del momento abrazos y besos y un hasta pronto.
Camino a casa,
comienza la asimilación de tantos pensamientos, la mente parece tener muchas
cosas claras y a la vez difusas por mezcla de sentimientos y emociones, pero el encuentro con el papel se retrasa más
de lo debido y se torna más difícil volver
a retomar la vivencia de ese día. Decido calmarme y compartir tiempo con Dios y entonces concluyo;
nosotros, los seres humanos no somos un número, ni una localidad ni una nacionalidad, no somos
de donde nos criamos, ni a donde nos dirigimos, si podemos estar más o menos apegados a un lugar,
pero lo realmente invariable es nuestra
esencia, es nuestra individualidad que va de la mano de Dios, por ello creo que las fronteras no deben ser
las que marquen el valor y decidan la importancia de nuestras vidas.
El viento, el oxigeno y Dios no tiene fronteras ni dueños, así que con menos motivos el ser humano es
quien de ponerlas y de decidir el futuro de la vida del resto de sus hermanos.
GRACIAS y un FUERTE ABRAZO de Sonia
GRACIAS y un FUERTE ABRAZO de Sonia
No hay comentarios:
Publicar un comentario