domingo, 10 de marzo de 2013


ENCUENTRO DE NUEV@S, 13-14 OCTUBRE 2012
“OJOS ABIERTOS, CORAZÓN SENSIBLE, MANO PRONTA” 

   Dicen que los comienzos siempre son difíciles, pero ¿son diferentes cuando realmente eres bienvenida a tu casa?

   Normalmente vamos a los sitios con demasiados miedos y dudas, sobre todo a los nuevos. ¿Será mi lugar? ¿Hago bien en ir? ¿Será lo que busco de corazón? ¿Este es el camino que Dios quiere para mí? Y es que realmente no puedes saberlo hasta que te encuentras allí y ves cómo te sientes, cómo te llena todo.

   Estos tres días han estado llenos de muchísimos momentos de alegría, pero también de reflexión, porque siempre tenemos que profundizar un poco más en nosotros mismos para saber qué hay ahí.
Pero también siendo muy conscientes de lo que hay en nuestra realidad, en nuestro día a día.

   Creo que es precioso ver cómo personas jóvenes de diferentes lugares y maneras de ser pueden encontrarse y formar parte de un grupo tan lleno de amor y de vida, como es el grupo del Voluntariado Misionero “María Ana Mogas”.

   La verdad es que conocer a estas personas, que al fin y al cabo, tienen las mismas ganas que tú de cambiar el mundo poco a poco, poniendo cada uno su granito de arena, ayuda a que puedas seguir adelante y hace que te refuerces de energía para conseguirlo. Porque realmente esto es un comienzo para ponernos manos a la obra, porque somos una familia y juntos sí podemos conseguirlo.

   Este gran camino que se ha abierto en mi vida me está haciendo reflexionar mucho en la manera de poner ese pedacito de mi corazón en mi realidad para transformarla. Porque yo, antes de ir al Voluntariado Misionero, pensaba que no había muchos sitios donde pudieran necesitarme, pero ahora que estoy
empezando a abrir los ojos del corazón, ¡veo que sí que hay personas que me necesitan! Y me sorprende lo ciega que podía estar antes.

   Hoy Lunes, después de haber pasado todo el fin de semana en Madrid junto al Voluntariado Misionero, y es que sonrío al darme cuenta de que todavía me queda mucho por recorrer, de que esto es sólo el principio de mi camino como instrumento e hija de Dios, un camino del que espero que jamás llegue su fin, porque siempre hay que tender las manos para cambiar el mundo, como María Ana: “A los pobres no les hagáis
esperar”.

¡Gracias herman@s por hacer posible que este grupo haya llegado a mi vida!



















¡TODOS SOMOS UNO! 

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