martes, 19 de marzo de 2013

Invitación desde la Comisión FMMDP de JPIC



FRANCISCANAS MISIONERAS                                                
MADRE DEL DIVINO PASTOR   
                                                            C/ Fuente Chica, 17
                                                                                                     28034 MADRID
                                                                                             PROVINCIA IBÉRICA





“Plantearnos el modo concreto de crear fraternidad universal ahí donde nos encontramos, comprometiéndonos en la construcción de la justicia, la paz, defensa de la vida y la integridad de la creación, con un estilo de vida coherente, sencillo, austero y solidario”.

(Proyecto Provincial de Vida y Misión Apartado 2.2. i)



    A los laicos y laicas de la Asociación María Ana Mogas (AMAM), laic@s del Voluntariado Misionero, Educadores de nuestros Colegios y laicos en relación con nosotras a través de otras tareas de misión, motivados por la dimensión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC)

    Queridas y queridos todos: “Paz y Bien” es mi saludo para cada una y cada uno, al dirigirme a vosotr@s por primera vez, como Delegada Provincial de Justicia, Paz e Integridad de la Creación.

A continuación os informo de cómo estamos trabajando en esta delegación. Llevamos a cabo la animación de JPIC, con un Equipo de hermanas y laicos, al que yo coordino. Las personas que lo componen son las siguientes: dos laicos: Ángel Arquero, profesor del Colegio de Santa Engracia y asociado de AMAM; Javier Ortega, del grupo del “Voluntariado Misionero” y pertenece a la Orden Franciscana Seglar (OFS). Las hermanas son: Mercedes Esquinas, Josefa Moreno, Teresa Gil, Henar Arias e Inmaculada García, Delegada Provincial. Nos acompaña en nuestras reuniones siempre que puede, la Hna Reyes Rodríguez, Delegada General de JPIC. Nos estamos reuniendo periódicamente desde el 24 de Abril de 2012.

Trabajamos con esperanza e ilusión y consideramos que las personas del grupo, somos las primeras que necesitamos formarnos, sensibilizarnos e imbuirnos de esta espiritualidad y compromiso, para ir  integrando en nuestra vida y misión, los valores de JPIC y así, nuestras actitudes y nuestra manera de mirar la realidad, irán cambiando.

En nuestro XX Capítulo General, hemos tomado conciencia, como Instituto, de que la JPIC es para nosotras un tema pendiente desde hace tiempo. El Documento Capitular, expresión de la búsqueda de todas las hermanas de lo que Dios quiere de nosotras en este momento de nuestra historia congregacional, recoge en su Apartado 5, las conclusiones a las que se llegó, entre ellas, crear las estructuras y cauces adecuados para “vivir en clave de Justicia, Paz e Integridad de la Creación” “en cualquier, lugar, edad, ocupación o circunstancia” (Constituciones, nº 94). Estamos dispuestas a ello y sentimos que nos anima y nos guía la fuerza del Espíritu y nos impulsa a comprometernos con esta causa que es la de Jesús, la del ser humano y su dignidad, sea quien sea.

En este mundo nuestro, tan necesitado de los valores que integran la JPIC, nuestra opción por los pobres, presupone e implica el compromiso por la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación. Su espiritualidad se fundamenta en la Palabra de Dios, en varios documentos de la Iglesia y en nuestra propia Espiritualidad Franciscana con el estilo de María Ana. No se entiende hoy el anunciar y compartir el Mensaje de Jesús, si no es desde esta dimensión, porque la Palabra, luz para nuestros pasos, está imbuida de la mirada de Dios a toda persona, de toda condición, y nos lo mostró en Jesús, que pasó por este mundo haciendo el bien a todos pero preferentemente, a los más pobres, los que se van quedando en los márgenes de la vida.
               
“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido
 para anunciar la buena noticia a los pobres...” 
                        (Lc 4, 18-19)

En la programación Provincial de JPIC, presentada a principio de curso a las hermanas, tenemos como objetivo, informarnos y sensibilizarnos, hermanas y laicos, en estas tres dimensiones:
  • Nuestro estilo de vida   
  • La inclusión de los valores de la JPIC en nuestra vida y misión
  • Nuestro compromiso social

Para ello hemos preparado una jornada de sensibilización por zonas, en la que juntos reflexionemos, busquemos y vayamos descubriendo lo que  significa caminar,  integrando espiritualidad y compromiso con la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación. Así pues, os invitamos a participar e este encuentro, en la zona que os corresponda o que podáis. Se organiza de esta manera para favorecer la participación y evitar los desplazamientos demasiado largos. Estas jornadas se dirigen a todas las hermanas, a los laicos de la Asociación María Ana Mogas (AMAM), laicos del Voluntariado Misionero, Educadores de nuestros Colegios u otros laicos relacionados  con nosotras en la misión y que se sientan interesados y motivados por el tema de la JPIC, o que deseen informarse.

Todas las jornadas programadas tienen lugar un sábado, desde las 10,00 de la mañana a las 18,30 hs. A continuación constan las fechas y los destinatarios de la zona de Madrid.

Fecha y zona:
§      Día 6 de abril, zona de Madrid. Lugar: Casa Madre. Hermanas de las comunidades de Madrid, Miraflores, Arenas y Toledo y los Laicos que lo deseen, ya explicitados, de estos lugares.

Os hacemos llegar este tríptico, que motiva, ilumina y fundamenta las jornadas. Animaos a participar, os esperamos.

Para una mejor organización, notificad, por favor, a través del correo electrónico o del teléfono, el nombre y apellidos de cada persona que desee participar, de la siguiente manera: los laicos de los Colegios avisad a Aurora Cabrera, los laicos de la Asociación, a Toñi Caballero, los del Voluntariado, a Sofi y estas hermanas me informan a mí. Fecha tope para avisar, el día 2 de abril. Muchas gracias. ¡Ánimo! Os esperamos.

Termino mi comunicación. Mi deseo y el del Equipo de JPIC, es que nos abramos a este momento de nuestra historia, lleno de dificultades pero también lleno de desafíos, que nos invitan a caminar, trabajando con coraje y esperanza por la causa de la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación. Así estaremos cambiando el mundo, haciendo posible que sea más humano, más justo y más fraterno, acercándose cada vez más, al Proyecto inicial de Dios. 

Un fuerte abrazo                                                                              

Delegada Provincial de JPIC

lunes, 18 de marzo de 2013


 Una c          Comunidad intercongregacional en un barrio de Madrid

La opcion"inter" es una respuesta a las necesidades de nuestro mundo

En el corazón del madrileño barrio de Lavapiés, tres mujeres de diferentes congregaciones, viven y conviven con los demás vecinos, en un intento por experimentar la plenitud de la Fe en el Resucitado y aventurar nuevos caminos para la vida religiosa.

Pepa Torres, Apostólica del Corazón de Jesús, nacida en Madrid hace 48 años; Maite Zabalza, Dominica de Pamplona, de 49 años; y Marlén Martínez-Otero, Ursulina, natural de Oviedo que ha cumplido los 60, componen esta particular comunidad religiosa que, aunque podría calificarse como «de barrio» o «de inserción», ellas prefieren denominar directamente como «Comunidad Interlavapiés», por su deseo de tejer comunidad desde la diversidad en la cotidianidad de este barrio. Una diversidad, que según Marlén, te seduce, te atrapa, y te reta a ser y hacer comunidad desde el desafío de lo intercultural. Las diferencias no tienen por qué ser un obstáculo para la fraternidad, sino su posibilidad.

Lavapiés se ha convertido en un barrio multicultural y semillero de todo tipo de iniciativas sociales. En este lugar –que en su día fue refugio de obreros, modistas y cigarreras – se dan cita vecinos de toda la vida, recién llegados en busca de una vida más bohemia, inmigrantes de más de 170 nacionalidades, activistas de un sin fin de movimientos sociales y artistas alternativos.

Hace casi cinco años, al principio de venir a vivir a este lugar –cuenta Pepa Torres– me gustaba decir que Lavapiés era un “lugar político” hoy prefiero referirme a él cómo un lugar de amor. De Lavapiés te atrapa su libertad, pese a la presencia policial casi constante, y las redadas masivas cotidianas. El barrio y sus habitantes son un torrente de canto y llanto, de sueños y esperanzas, a veces rotos por la perversión de las leyes del mercado y de extranjería, y casi siempre vueltos a ponerse en pie con cada amanecer gracias a la amistad y el tejido social alternativo mestizo. Una red entrelazada por muchas gentes, en escenarios, como un «cus-cus» (comida típica marroquí) compartido, la toma de una plaza durante una protesta o una fiesta por la lucha de los manteros por el indulto o la despenalización.

En Lavapiés también habita el amor, coinciden en señalar sin pudor las tres mujeres. Las convicciones, el equipaje ideológico por bueno que sea, no valen por sí mismas para sostener los proyectos personales y comunitarios. Hacen falta vínculos amorosos y relaciones de cuidado mutuo. Este es un lugar, como tantos otros, que hace recordar que el amor cristiano, o es también político o la universalidad de su Buena Noticia queda domesticada.

La opción “inter” no es algo casual, continúa diciendo Marlén, es una corriente que está emergiendo con hondura y fuerza, aunque escasa en número, en la vida religiosa femenina. En España hay cuatro comunidades intercongregacionales. En algunas de ellas participan otras compañeras de nuestras congregaciones. Lo “inter” no es una moda, ni un esnobismo de unas cuantas “monjas raras”, es un modo de seguir dando respuesta al grito de los empobrecidos y empobrecidas hoy en nuestro mundo.

Pepa completa que la opción por lo inter es una opción de todo el cuerpo congregacional, que necesita gente dispuesta a llevarlas a cabo. Nosotras nos sentimos, desde la propia búsqueda del proyecto en los momentos iniciales hasta hoy, muy acompañadas y cuidadas por nuestras congregaciones.

Hoy somos nosotras quienes formamos parte de este proyecto, pero mañana pueden ser otras compañeras. Maite, que ha estado viviendo más de15 años en Vallecas, la mayoría trabajando en los Servicios Sociales como educadora social, conoce bien lo que es vivir en un barrio desde la perspectiva de los más invisibles. Sin embargo afirma que siempre me sorprende el modo colectivo que tiene la gente de este barrio de afrontar sus problemas, la fuerza de los imprevistos y el milagro de lo comunitario y la organización colectiva en la vida.

Marlén relata que un día cualquiera se amanece con una llamada telefónica urgente porque han detenido a algún amigo, vecino, por no tener papeles y cambian los planes para poder ir al juicio, al Centro de Internamiento de Extranjeros, o lo que sea y terminas el día con una cena-fiesta en casa porque alguien ha conseguido la residencia o es el cumpleaños de su hija en Senegal y lo quiere celebrar con nosotras, pone como ejemplo la pamplonica.

Las religiosas se sienten arropadas. Su ser y hacer comunidad tiene unos principios irrenunciables: casa y mesa abierta, hospitalidad, amistad y luchas por los derechos. «Desde ahí, se nos regala la experiencia de Dios que toma el rostro, la piel, la palabra, el grito, la risa, de nuestros hermanos migrantes, apunta Maite.

Para nosotras es fundamental la dimensión espiritual de la vida, insiste Pepa, entendemos que la espiritualidad es un modo de ser, de estar, de vivir, de relacionarnos desde la hondura del misterio que habita lo humano y el cosmos. Un modo que nos lleva a vivir sin hacer compartimentos estancos entre lo sagrado y lo profano, lo de dentro y lo de fuera, la calle y la casa, la misión y la comunidad, el trabajo y las relaciones, el ser y el hacer, lo místico y lo políticoLa espiritualidad está mas allá de las fronteras que establecen las religiones, matiza Marlén, por eso nosotras damos mucho valor y cuidamos con esmero los espacios de oración y de lectura creyente en nuestra vida, como un modo de descubrir las huellas del Resucitado, en el espesor de lo real y de escuchar sus exigencias desde lo cotidiano . En este sentido, añade Maite, la diversidad de nuestras tradiciones espirituales y carismáticas nos ayuda mucho.

Algo que está siendo una experiencia muy nueva y refrescante en sus vida son los encuentros espirituales que han empezado a celebrar con mujeres muy diversas, marroquíes, banglas, católicas, ortodoxas y agnósticas. Son unas 12 mujeres, con mucha complicidad, que el pasado 8 de Marzo cayeron en la cuenta de que compartían muchas luchas y ámbitos de formación, pero que carecían de un momento donde compartir y celebrar sus motivaciones más hondas, desde nuestras diferentes tradiciones espirituales o humanistas.

El primer encuentro lo celebraron en torno al simbolismo de la «mujer de luz», como la fuerza femenina que las sustenta y orienta en el camino de la vida. Buscaron lenguajes y símbolos inclusivos para terminar siempre esta experiencia en torno a la mesa con «comida del mundo». Nuestra vida, explica Maite, está llena de este tipo de pequeñas grandes cosas, de gestos muy sencillos que nos ayudan a vivir y a tocar con la punta de los dedos algunas experiencias de que el “reino” se va dando y que la fraternidad y la convivencia en diversidad es posible pese la violencia del sistema y la crisis que nos golpea con tanta dureza.

En medio de la dureza nacen también pequeñas iniciativas de apoyo mutuo y autogestión por parte de las mujeres inmigrantes como es el Proyecto «Bizcocho anticrisis», con una red de consumidores formada por más de 50 personas y que está permitiendo a estas mujeres facilitar la autonomía económica y afrontar la crisis, en palabras de Marlén. Son pequeños brotes que hablan de la fuerza de la solidaridad y el poder de las redes, expresa la religiosa ursulina.

La mala situación económica afecta en primera persona a esta comunidad, dos de los tres miembros de la comunidad han sido despedidas recientemente. Maite forma parte de los casi 150 educadores y educadoras sociales que el Ayuntamiento de Madrid ha resuelto liquidar de un plumazo para ahorrar presupuesto, «en esa lucha también andamos», dice la dominica, con indignación. A Marlén, que hasta ahora trabajaba en la revista «Alandar» se le ha acabado su etapa allí y se encuentra también sin trabajo.

Pepa, Maite y Marlén están también muy identificadas con las organizaciones del barrio y los movimientos sociales alternativos. Desde el inicio de nuestra llegada a Lavapiés, comenta Pepa, el acercamiento a los movimientos sociales del barrio ha sido uno de los objetivos prioritarios, tuvimos la suerte de estar en la génesis de algunos de ellos, como «La Red Ferrocarril Clandestino», Red de apoyo mutuo contra la precariedad y las fronteras, «La Asociación Sin Papeles» y «Territorio Doméstico». Hoy son mucho más que un espacio de militancia, son sus amigos y amigas, y la comunidad más amplia a la que se sienten unidas.

Entre otros proyectos en los que participan se cuenta El Centro de Acogida y Encuentro «San Lorenzo», una iniciativa arciprestal de la Delegación de Inmigrantes de Madrid, ubicado en el barrio desde hace más de 20 años; y el Proyecto de formación de Lideresas Interculturales. Al hablar de este último proyecto a las tres se les iluminan los ojos: se trata de un proyecto en colaboración con la «Agencia de Igualdad» y con «Colectivos de mujeres» del distrito en el que mujeres de diversas nacionalidades se forman juntas para ser animadoras de los otros grupos de mujeres y acompañar los primeros pasos del proceso migratorio de las recién llegadas. Se forman desde una clave intercultural y de género. «Es un proyecto precioso, un intento de descolonizar los feminismos», afirma Pepa.

«Somos conscientes que Lavapiés y sus gentes son una realidad de frontera, fuente de vida, de utopía y esperanza, pero también de sufrimiento, de injusticia, de impotencias y desgarros. Reconocemos también que el seguimiento de Jesús es “tensional” y que sólo desde las motivaciones más hondas y pasando por el Evangelio y el corazón la intensidad de la vida que se nos ofrece podemos vivir con fecundidad y alegría y a largo plazo», dicen estas tres mujeres en la entrevista en respuesta a uno de los correos electrónicos intercambiados, durante la elaboración del artículo. Ojala, por muchos años, hermanas.


 ENCUENTRO DE MISIONEROS/AS
DE LAS OMP EN PORTUGAL

   El fin de semana del 14 al 16 de septiembre de 2012, tuvo lugar en Fátima, Portugal, un Encuentro de misioneros/as venidos de varios puntos de Portugal y de distintas procedencias. A él asistieron Porcinia, Reyes y Leticia, miembros del Equipo animador del Voluntariado misionero Mª Ana Mogas.

   El lema de este encuentro era: Misión, Memoria y Profecía. Se hizo un repaso del texto del Vaticano II y lo que supone éste en nuestros días. Se habló de un diálogo constante entre culturas y religiones que conviven juntas. Se hicieron talleres sobre la Misión en relación a la Infancia, la  Juventud, el Voluntariado y la Iglesia. Por la noche vimos la película de “Dioses y hombres” haciendo un análisis de la situación de persecución que sufren algunos cristianos en el mundo.

   El Encuentro acabó el domingo con la Eucaristía compartida con el resto de peregrinos en la explanada del Santuario de Fátima.

   El próximo Encuentro organizado por las OMP en Portugal será del 20 al 22 de septiembre de 2013.
















ENCUENTRO DE ZONA CENTRO
22 de abril de 2012

AMOR MUTUO, SOLIDARIDAD y UNIDAD

            Después de Semana Santa volvimos a la vida diaria, a lo normal, al trabajo, al estudio… y con ello quisimos hacer un parón en nuestras vidas para darnos cuenta de  que ¡Jesús había resucitado!
 El 22 de abril de 2012 nos reunimos los voluntarios de la zona Centro (Madrid y Toledo) para compartir nuestras vidas, la mesa y la oración. Hicimos un breve repaso de lo que supuso el Encuentro de noviembre y retomamos el tema reflexionando sobre la radical interdependencia humana, percibida como sistema determinante de relaciones en el mundo actual, en sus aspectos económico, cultural, político y religioso, y asumida como categoría moral. Por consiguiente, una solidaridad necesaria aflora ante un mundo dividido y lleno de conflictos. Hoy estamos llamados a unirnos hacia un bien común, es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos.

        Escuchamos la canción de “Esto que soy eso te doy”, EDUARDO MEANA, que nos ayudó a la reflexión personal sobre como actuamos cada uno en nuestros ambientes hacia ese bien común.

          Tras la comida compartida, terminamos el Encuentro poniendo ante el Señor la alegría de la Pascua: la alegría por nuestro reencuentro, alegría por el envío de nuevos hermanos a su misión, alegría por nuestras vidas, por querer hacernos pobres con los pobres…
          Oramos diciendo:
Bendice a este grupo que sigue su camino misionero y haz que resuene en nuestros corazones un grito de alegría que sepamos llevar a todos nuestros hermanos:

¡¡¡HA RESUCITADO!!!










viernes, 15 de marzo de 2013

La Palabra que alumbra


Feliz Domingo, Feliz Semana!!!!!!!!!

http://youtu.be/y399RXLUsic

                  Mensaje del XX Capítulo General 
                       al Voluntariado Misionero 

                                                                                                             Miraflores, 25 de Julio de 2011
 
   Queridos jóvenes:

“Os saludamos porque sois fuertes y la Palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al mal” (I Jn, 2,14)

   Vuestra carta personalizada nos ha llegado al corazón; saber que contamos con vuestra oración, la
grandeza de sentirnos familia, el hacernos saber lo importante que es para vosotros el voluntariado misionero como escuela de vida y el considerar que la misión no es futuro sino presente, que formáis parte de un grupo que os ha ayudado a madurar como personas, como cristianos…

   Todo esto nos ha llenado de gozo y nos ha hecho sentir que habéis estado presentes en nuestro caminar capitular dándonos ánimo en nuestra vida y misión.

   Sois los hermanos/as jóvenes de nuestra familia. Nos interpelan vuestros desafíos, nos ayudan a vivir y a soñar.

Tenemos mucho en común:

- Somos franciscanas/os y lo descubrimos en ese deseo de ser instrumentos de paz y bien.
- Somos misioneras/os con deseos de ser cada día hombres y mujeres constructores de fraternidad universal a ejemplo de Francisco y de María Ana.

Salimos al encuentro de los hermanos y hermanas… “…volvieron a Jerusalén… y contaron lo que les había sucedido por el camino…”(Lc 24,33-35)

   La misión es de todos y aun queda mucho por hacer; en estos días de reflexión y estudio constatamos una vez más que esta misión la tenemos que realizar juntos. Jesús llama a nuestra puerta y tenemos que responder porque estamos convencidas /os de que “otro mundo es posible”.

   Un mundo más humano, más justo, más solidario, fraterno, más ecológico; en definitiva más según los planes de Dios.

   Es nuestro tiempo “de ser… y de servir”.Retomemos el camino de Emaús….donde hay muchos peregrinos que han perdido la esperanza y Jesús, a través nuestro, se les une en el camino para llenar sus vida de sentido. El voluntariado misionero en el que vosotras/os estáis insertos es un ámbito privilegiado para dar respuesta a las necesidades del mundo actual.

   Este es nuestro campo de misión que os ofrecemos: Benín, Angola Mozambique, Venezuela, Bolivia, Perú Argentina Chile, Italia, España, Portugal.

Ánimo contad con nosotras, nos necesitamos mutuamente.

                                                                                                 Hermanas capitulares

EL BESO AL LEPROSO. FRANCISCO Y LOS POBRES

   Cabalgaba un día por la llanura de Asís cuando le salió al camino un leproso. Era el momento de dar a Cristo la prueba decisiva de su disponibilidad para «conocer su voluntad».
 
   Haciéndose enorme violencia, se apeo  del caballo, puso la limosna en la mano del leproso y se la besó; el leproso, a su vez, apretó contra sus labios la mano del bienhechor.
 
   Montando otra vez, Francisco prosiguió su camino con el alma llena de un sabor desconocido, llena de gozosa expansión.

   Pocos días después busca él mismo la experiencia dirigiéndose al lazareto, probablemente el de San Lázaro de Arce, situado a tres kilómetros de Asís. Va bien provisto de dinero. Reuniendo a todos los leprosos, da a cada uno su limosna besándoles la mano. Celano añade: «la mano y la boca»; es Francisco una perfecta copia de Cristo crucificado: «Lo hacía ya por Cristo crucificado, quien, según el profeta, apareció despreciable como un leproso».
 
   El Cristo se le ha revelado por fin en el pobre más pobre de la Edad Media. Desde ahora irá a encontrarse gustosamente con Él en los más pobres.
El cardenal Jorge Marío Bergoglio besa los pies de un niño enfermo de SIDA

jueves, 14 de marzo de 2013


     Hermana Julia Aguiar García: 
      Premio Aurelio Grande 2013

    La Hna. Julia Aguiar García, de 59 años, natural de Villar de Barrio (Orense), es el alma del Hospital sanitario y nutricional Gbèmontin en Zagnanado (Benín), creado y dirigido por las hermanas Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, conocido por ser pionero en el tratamiento de la úlcera de Buruli.

   Después de una corta experiencia en Venezuela, fue destinada a Benín, donde trabaja desde hace 33 años. Al encontrarse con esta terrible enfermedad, se dedicó exclusivamente al tratamiento de estos pacientes.

   La Universidad de Napolés nombró el 6 de octubre de 2009 a Julia Aguiar Doctora Honoris Causa en Medicina y Cirugía por la Universidad de Nápoles (Italia), en reconocimiento a su labor en la lucha contra la úlcera de Buruli, una Enfermedad Tropical desatendida endémica en Benín, país en el que ella reside desde hace más de tres décadas. 

   Con la concesión de este galardón, la comunidad científica reconoce así su sólida trayectoria en este ámbito, un campo en el que está considerada como toda una autoridad. 

   Sus años de experiencia y buena praxis quirúrgica en terreno lo avalan.

   Este año nuestra Delegación de Misiones también ha querido reconocer públicamente su testimonio misionero como vivencia ejemplar de la caridad. Recibirá el premio en el Festival Juvenil de la Canción Misionera.

martes, 12 de marzo de 2013


ENCUENTRO DE LA ZONA DE MADRID (Enero 2013)


   Comenzamos la jornada con la oración en el Oratorio de la Casa Madre, y con la lectura de un cuento, el cual nos hizo ver que muchas veces perdemos la oportunidad de encontrar a Dios en los demás, en lo cercano, esperándole llegar de lejos, de no sabemos dónde.

   A continuación, ya en la sede del Voluntariado Misionero, hicimos un repaso al Código Deontológico del Cooperante, deteniéndonos en cada uno de sus artículos para reflexionar sobre lo que implican.

Para acabar la mañana, compartimos la celebración de la Eucaristía en la Parroquia de San Antonio, en el Día Internacional de las Migraciones.

Juntos pudimos compartir también una rica comida y posterior café en agradable compañía, a fin de reponer fuerzas para continuar.

La tarde la dedicamos a la exposición por parte de cada uno de nosotros, de la situación en cuanto a la inmigración se refiere en nuestros barrios.

Finalmente nos desplazamos al hogar que las Hermanas tienen en la calle Ignacio Ellacuría, en Madrid, donde compartimos juegos y risas con los chicos.

lunes, 11 de marzo de 2013

Memoria del VM para el Capítulo General de 2011


                       MEMORIA DEL SEXENIO:
VOLUNTARIADO MISIONERO
“Con la fuerza del Espíritu salimos al encuentro de las hermanas y hermanos jóvenes”

Introducción. Muy buen día, queridas hermanas. Primero, GRACIÑAS por dar cabida en la Asamblea Capitular, al grupo del Voluntariado Misionero. Con él, abrimos la puerta al universo joven, con rostros y corazones concretos y con llamadas interpeladoras que nos invitan a salir a su encuentro para conocerlos y amarlos, en sus caminos y desde su realidad, para dejarnos evangelizar por ellos, reconocer CON ELL@S al Señor de la Vida y JUNT@S, partir y repartir el pan CON nuestros hermanos y hermanas más pobres. Como Francisco y María Ana.

Sí, es así, hermanas…no sé si por el camino, como los de Emaús, andamos enfrascadas en las penalidades y urgencias, en las durezas y en lo que debiera ser y no es, o en lo que es y creemos “no da más de sí” y no caemos en la cuenta que hay más Vida y más horizonte en ese peso de realismo, que a veces nos aplasta, nos preocupa y nos impide ver más allá. Mejor dicho, nos impide descubrir que Jesús Resucitado camina a nuestro lado en l@s  jóvenes caminantes que tienen sed de: sentido, amor, escucha, valoración, aceptación, paz, sanación, reconstrucción interior, donación, silencio, esperanza, familia, …y muchas veces no nos encuentran porque estamos muy ocupadas, no estamos o estamos en el camino de Emaús, en nuestro camino de Emaús esperando, esperando a que el Señor parta con nosotras su pan.

Historia. El Voluntariado Misionero nace en nuestra Familia Congregacional por la fuerza del Espíritu, hace ya muchos años, llamando a nuestra puerta a través de jóvenes que manifestaban el deseo de compartir su vida en misión, con nosotras. El Espíritu llamó a nuestra puerta y le abrimos…Y en toda su existencia, este grupo ha dado cauce a la experiencia misionera de muchos y muchas jóvenes, siendo una pieza clave en su sensibilidad actual y en la orientación de sus vidas. A lo largo de los años, el voluntariado misionero sigue siendo un auténtico lugar de encuentro, una de las mejores plataformas evangelizadoras que tenemos con ellos. Es cierto también que poco conocida y propuesta y muy poco disfrutada y aprovechada, pero con una fuerza transformadora y de cambio muy grande, desde lo pequeño y los pequeños.

Constitución. A lo largo de este sexenio 2005-2011, como muy bien os habrá situado María José, el voluntariado misionero sigue animado por nuestra hermana Geles, como en el sexenio anterior (gracias Geles) hasta que en 2007, en la sesión conjunta del gobierno general con los gobiernos provinciales se encarga a la Comisión de PJV de España el voluntariado misionero. A partir de este momento se coordina desde esta Comisión y se forma un equipo constituido por:

1. Laura Steegmann (coordinadora)
2. Belén Rivera
3. Sofía Quintáns

En 2010, entra a formar parte del equipo Inmaculada Plaza.
Y durante el curso 2010-2011, está formado por:

1.      Rosario Sánchez
2.      Inmaculada Plaza
3.      Sofía Quintáns

Siempre con María José, consejera general, como última responsable de la marcha de este grupo y del envío misionero de los y las jóvenes, cauce de encuentro entre las hermanas provinciales y las comunidades de acogida.

L@s jóvenes ¿Quiénes son?¿qué buscan? Son l@s PROTAGONISTAS

1.      Jóvenes que llaman a nuestra puerta: Sigue habiendo jóvenes que llaman a nuestra puerta, los menos, pero los hay. No saben qué hacer con su búsqueda e inquietud y de forma casual se encuentran con una de nosotras o alguien de nuestra Congregación, con algún joven...navegan en Internet. Los caminos son insospechados, y ahí están. Caminos de Dios sorprendentes.
2.      Jóvenes “de toda la vida”: Los que vienen de nuestros colegios o vinculados a nuestras comunidades, de la Asociación AMAM. Pertenecientes en su mayoría a nuestros grupos de fe y comprometidos en la pastoral de las provincias, en sus parroquias…Caminos de Dios que nos recrean y re-encantan.
3.      Jóvenes llegados de otros horizontes: Culturales, mentales, desde el agnosticismo. Caminos del Espíritu.
4.      Jóvenes “contagiados” por los mismos jóvenes. Caminos de experiencia personal, compromiso y libertad.
5.      “Juventud acumulada”: Adultos con proyecto de vida y con corazón grande, referentes. Nada es imposible, Él está en todos los caminos.

En definitiva, personas diferentes que se encuentran caminando hacia un mismo sueño: “OTRO MUNDO ES POSIBLE Y NECESARIO”. Y quieren colaborar ¡ya, ahora mismo, este verano! Vienen cargados de ideales y de rapidez, de inmediatez, pero todos desde un hondo deseo de “hacer algo por los demás, por los más pobres” y con nosotras, las franciscanas, no con otras ONGs o Congregaciones.


Objetivo y medios.
En el voluntariado misionero partir de la realidad ha sido fundamental: la anterior (estructura organizativa y acompañamiento del grupo) la de los mismos jóvenes, con sus deseos y expectativas y la nuestra como equipo animador. Tod@s hemos hecho y hacemos camino junt@s.

El objetivo más importante y que nos ha animado a lo largo de estos años ha sido la conexión con ese mismo sueño y deseo en todos los jóvenes y desde ahí acompañarlos en el descubrimiento de una vida entregada y en misión. No tendiendo, como objetivo último a la experiencia misionera, sino al despertar en ellos su capacidad interior desde la praxis compasiva, madurando motivaciones, haciendo su propio proceso de reflexión, descubrimiento y compromiso, que en unos casos deriva en la experiencia misionera y en otros no.

Por eso les decimos, de entrada, que para poder hacer su experiencia misionera tienen que venir, por lo menos, a los dos encuentros de fin de semana durante el curso. Lo importante, hermanas, es que las actividades están al servicio de las personas y vamos canalizando las distintas llamadas, para acceder a esta experiencia.

En los encuentros no hemos seguido una temática predeterminada, sí un proceso y hemos integrado siempre a nuevos y veteranos. Los materiales elaborados del voluntariado misionero nos parecieron muy buenos, pero modificables, por lo que fuimos generando nuevos y desde la realidad, sobre la marcha.

En cada encuentro y siempre procuramos cuidar la pastoral de la acogida, que habla por sí misma, que está llena de detalles y hace sentir como en casa. Genera pertenencia y sentido de familia. Y esa es la primera pastoral y lo que rápidamente todos y todas entendemos, estrecha lazos y vincula.

El hilo conductor de cada encuentro lo centra una frase de la Palabra de Dios (“Da gratis lo que gratis has recibido”…), que se traduce en:

  1. Dinámica de presentación. Es una de las partes del encuentro que más mueve a los jóvenes. Se procura provocar y sacar fuera la realidad personal, dando nombre sin miedo e incidiendo en el aspecto que queramos despertar y trabajar. Y todo esto con la indiscutible fuerza evocadora del universo simbólico, al cual los jóvenes acceden con mucha facilidad. El compartir de fondo genera más compartir de fondo y esto hace que se respire respeto, silencio y acogida que crecen en la medida que los jóvenes van haciendo su propio camino. Es importante destacar en todo momento el testimonio de los veteranos y la acogida que se brindan unos a otros.

  1. Música y ambientación. Acompañan y se hacen mensaje de fondo.

  1. Iluminación. Tratar de fundamentar los distintas temas desde nosotras y ayudadas por personas especialistas en temas concretos.

  1. Trabajo personal y de grupos. Le damos mucha importancia a la reflexión personal y al compartir, para aterrizar aquello que va significando para la vida del joven la solidaridad y la entrega.  No tanto desde las expectativas y sueños, sino desde su realidad concreta y cotidiana. Aquí hay que subrayar la buena influencia de los veteranos.

  1. Visita y acercamiento a lugares de misión. Es otro de los momentos más significativos para ellos. Conocen proyectos concretos y posibles, y sobre todo la entrega cotidiana de personas que sufren y aman.

  1. Testimonios de hermanas y jóvenes. Lo esperan con mucha ilusión y les abren los ojos. Se refuerzan, se animan, se valoran, preguntan, se paralizan, se dan cuenta, se cuestionan…nos cuestionan…En el primer encuentro tiene mucha fuerza los testimonios de los que “vienen” y en el último la ilusión y los proyectos de los que desean ser enviados.

  1. Dimensión celebrativa. Lo invade todo, por eso no se hace difícil disfrutar de los tiempos de silencio, de oración, y de la eucaristía. Las personas que no son creyentes descubren que la fe es vida, aunque ellos no vivan la experiencia de encuentro con Jesús. En esta dimensión procuramos cuidar los tiempos fuera del propio encuentro: paseo, tomar un helado, comer juntos el domingo. Y recogemos los frutos del encuentro en una pequeña celebración de envío (canción, símbolo, expresión, frase bíblica…)

  Si realmente algo es procesual, debe ser cuidado en los “entretantos”. Por eso, late en todos los encuentros, con todo lo que tienen de riqueza, la llamada al cuidado de las personas en los “tiempos intermedios”.Ahí se nos juega mucho en pastoral, en el voluntariado misionero. Por eso, hemos intentado:

  1. Acompañar personalmente y en la medida de nuestras posibilidades a cada joven:

ü  A través de entrevistas personales de “primera acogida”, donde a los nuevos se les explica qué es el voluntariado misionero, partiendo de sus motivaciones.
ü  Vincular a los jóvenes, para que ellos se acompañen unos a otros, con comunicación e información frecuente.
ü  Abrir nuestra casa, nuestros horarios, costumbres…que “salir el salir a su encuentro” sea prioridad DE TODAS.
ü  Mostrar el cariño y la preocupación con cada un@, por su mundo, sus inquietudes y sus intereses.
ü  Mostrar Y DEJARNOS ENCONTRAR por el rostro de Jesús, Buen Pastor, siempre. De modo explícito e implícito. Aprender nuevos lenguajes de vida y de fe.
ü  Ofrecer acompañamiento sistemático u otros tipos de acompañamiento a quien lo demande o necesite.

  1. Canalizar sus inquietudes, nunca dejar o abandonar:

Muchas veces por falta de tiempo o porque no se abarca, porque una no se siente preparada para ofrecer esto que el joven necesita, se le deja o abandona. Tratar de reconocer esta limitación es muy importante, para derivarla a otra persona o grupo que sí pueda acompañarla o contenerla. Esto es un arte y hace al joven sentirse querido y ser persona. Siente que nuestro interés es “su bien”.

  1. Integrarlos en la vida de la pastoral provincial:

Algun@s jóvenes provienen de esa vida pastoral provincial, y esto enriquece a todos. Ofrecer la posibilidad de participar en todo lo que se fue programando y realizando en las zonas y provincias y desde la Comisión de PJV ha sido muy rico: encuentros de formación, Pascuas Misioneras en el mundo rural, campos de trabajo en Vega de Valcarce y en el hogar de niños de Madrid, campamentos, Escuela de Tiempo Libre, voluntariados diversos…
De la misma manera que algunos se ha integrado en el ritmo de nuestra pastoral, con mucha libertad otros han participado de encuentros puntuales nuestros o de otras Congregaciones, ONGs…con libertad de “entrada y salida”.

  1. Realizar encuentros por zonas:

En los tiempos fuertes del año litúrgico y convocando a los nuevos, hemos realizado encuentros “formales” de un día. También aprovechando los distintos “envíos misioneros”.

Hemos motivado los encuentros “informales” por zonas, tratando de compartir vida e inquietudes en las distintas ciudades y autonomías.

  1. Celebrar con ellos, sus familias, sus amigos y las comunidades de hermanas los “envíos misioneros”:

Con los jóvenes donde se hace posible vivirlo desde la fe y celebrarlo de forma comunitaria, ha sido posible vivirlo así. Como impulso de vida y entrega para todos.
Donde no se hace posible esto, se celebra igual con la persona y se trata de estar, de saber estar con su familia.

  1. Dejar “deberes” después de cada encuentro, para provocar en ellos la sed, el diálogo, el apoyo y el compromiso:

Es algo que ha provocado que algunos grupos se encuentren por zonas, pero es necesario darle más vueltas y ver modos de hacerlo posible.

  1. Información y propuesta dentro y fuera de nuestra familia congregacional:

Hemos tratado de dar a conocer el voluntariado misionero desde la programación anual de PJV, además del envío de cartas a principio de curso a hermanas provinciales, equipos de pastoral, comunidades…

Hemos respondido a llamadas concretas desde Misión Compartida, colegios, parroquias. Los jóvenes han dado testimonio de su experiencia de pertenencia al grupo y su experiencia misionera donde se les ha invitado.

Todavía hay hermanas y comunidades que apenas conocen este grupo. Y en la misma medida no se da a conocer ni se propone. También hay hermanas muy interesadas, que conocen y dan a conocer. Habría que hacerlo extensivo a nuestros herman@s de la Asociación.

Después de los encuentros y de los “tiempos intermedios” se va viendo la evolución personal de cada un@. De ese primer ¡ya, ahora mismo, este verano me voy! va emergiendo cierta calma, los miedos, la debilidad de los otros y los suyos propios…todo esto lleno de ilusión, mucha ilusión. Se incide en vivir la experiencia misionera en el mejor momento de la vida. Y es delicado, por nuestra parte, la tarea de acompañar ese “ir o no ir”.

    ¿Cómo se coordina la experiencia misionera?

  1. En equipo. La búsqueda y el discernimiento es conjunto, intentando lo mejor para la persona.
2.      Siempre en diálogo con la persona para que pueda desarrollar sus habilidades y potencialidades, abierta a lo que se presente y formalizando el envío a través de una carta de motivaciones y una entrevista personal.
  1. En el equipo, entra en diálogo Mª José con las hermanas provinciales, desde la realidad de la persona, las posibilidades de las comunidades y  los proyectos de misión.

La experiencia misionera. Suelen estar alrededor de dos meses. El viaje se lo pagan ellos y el seguro y la estancia, nosotras. En cuanto se comunica el lugar en el que harán su experiencia misionera, el joven se pondrá en contacto con una hermana de la comunidad. Siempre es un riesgo.

Dependiendo de las características de la persona o de la misma comunidad, viven con las hermanas o en otra casa cercana. Por este mismo hecho y en el vivir, lo que más les marca, para bien o para no tanto, es el encuentro con las hermanas. Repito, lo que más marca la experiencia misionera es el encuentro con las hermanas.

Es muy importante, en la coordinación de esta experiencia, la situación de la persona, pero también la situación de la comunidad que acoge y la misión o pequeño trabajo destinado a ese joven. Tienen motivación, pero no son religiosas fmmdp.

En este sexenio han hecho nueve personas su experiencia misionera: Mari Carmen, Ana, David, Charo y Leti en Argentina. Esther en Bolivia. Ignacio, Mucha y Carmen están en este momento en Benín. GRACIAS A LAS HERMANAS QUE LO HABÉIS HECHO POSIBLE Y MANTENÉIS LOS VÍNCULOS DE CARIÑO Y AMISTAD CON ELLOS.

Líneas de futuro. Están llenas de esperanza y vida. Este grupo es un germen de vida nueva para nosotras, las hermanas. Es uno de los mejores lugares de encuentro con l@s jóvenes. Pero tenemos que:

PRIORIZAR REALMENTE LA PASTORAL Y LA OPCIÓN POR LOS JÓVENES, que no se quede recogido y escrito de manera preciosa en el Documento Capitular.

Para esto trazaría las siguientes líneas de futuro…

1.      Reconfigurar el equipo animador del voluntariado misionero, formado por hermanas, jóvenes veteranos y alguno de l@s herman@s de la Asociación. Este equipo estaría vinculado a las Comisiones de PJV y JPIC. Con formación pastoral, desde la espiritualidad de la solidaridad y la justicia y la paz. El voluntariado misionero bebe de las dos fuentes.

2.      Conocer y establecer puentes con los grupos misioneros de nuestra familia de los distintos países, para unificar criterios y fuerzas y ofrecer experiencias de formación y de misión compartidas.

3.      Reanimar en las hermanas el sentido evangelizador y misionero de nuestra vida. Motivación de los equipos provinciales y regionales para animar y preparar comunidades que acojan a los jóvenes y hermanas que acompañen directamente los procesos. No solamente en América Latina y África, sino también en los Cuartos Mundos y las fronteras de Europa. Este es un gran reto para nosotras.

4.      Buscar y discernir comunidades y proyectos de misión concretos para presentar a los jóvenes, con modalidades distintas y en todos los países donde estamos presentes: modalidad personal y de grupo. Siendo conscientes que se van poco tiempo y su disponibilidad es grande.

5.      Abrir nuestras vidas y nuestras comunidades a la realidad que el mundo vive y padece. Tantos hermanos y hermanas nuestras en los márgenes. Leer, formarnos, acercarnos, interesarnos, unirnos a otros “grupos distintos” que nos mueven a la Indignación y al Compromiso con los más pobres de la tierra. A vivir la praxis compasiva que Francisco y María Ana vivieron. Esto nos lo dicen los jóvenes, desde su sensibilidad, por activa y por pasiva. Recrean y re-encantan nuestro ser de mujeres franciscanas.

…y acabo alabando y bendiciendo a Dios por tanto bien recibido. No me sale de otra manera. Han sido años de camino de Emaús. Gracias por la vida de cada hermana y de cada joven. En ell@s experimento el arte y el misterio de esa urdimbre que Dios teje, de Jesús peregrino y Buen Pastor que se va colando en nuestras vidas en medio de la vida, desde un amor incondicional. Sin posesión y sin poder, por amor. Gracias por ser enviadas hoy con esa misma misión a una nueva realidad.

                                                                                                           Sofía Quintáns Bouzada